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Rotonda de la Boavista – Un marco en el paisaje
19 febrero, 2017 /

En una de las zonas más concurridas de la ciudad, este es un espacio de tranquilidad, pero también de diversión en ocasiones especiales.

El Monumento a los Héroes de la Guerra Peninsular, colocado en el centro del jardín, es un punto de referencia en la ciudad, que puede ser avistado de lejos. Pero el Jardín de la Plaza Mouzinho de Albuquerque, vulgarmente designada como Rotonda de la  Boavista, es también un local de ocio hace muchas décadas.

El jardín, datado de inicios del siglo XX, fue creado en torno del monumento, un proyecto del escultor Alves de Sousa y del arquitecto Marques da Silva.  Es formado por una columna de granito de 45 metros de altitud, teniendo en el tope un león peninsular abatiendo un águila napoleónica. En la base están esculturas de soldados.

Antes de la construcción del jardín, este era un local donde se hacían ferias, pero también corridas de toros  o carreras de  bicicletas. Una tradición que se mantiene, ya que la Rotonda de la  Boavista continua recibiendo carruseles y otros equipos de diversión en varias ocasiones, como por ejemplo en Navidad o en San Juan.

Camelias, liquidámbares y tilias son algunas de las especies existentes, pero el gran destaque son las centenarias palmeras de California, clasificadas de interés público.

Una iglesia con 11 mil azulejos
19 febrero, 2017 /

La Iglesia de Santo Ildefonso tiene alrededor de 11.000 azulejos en la fachada y en los lados de los campanarios.

Estos azulejos son de la autoría de Jorge Colaço, que también creó los azulejos de la Estación de S. Bento, y representan escenas de la vida de Santo Ildefonso y del Evangelio. Fueron colocados apenas en 1931, pero la construcción de la iglesia es bastante más antigua.

La Iglesia de Santo Ildefonso empezó a ser construida en 1709, la primera fase (sin los campanarios) quedó concluida en 1730. En el interior se destacan ocho vitrales y un retablo en talla barroca y rococó de la primera mitad del siglo XVIII, de la autoría de Nicolau Nasoni. Al visitar esta iglesia, ubicada en pleno Casco Antiguo de Oporto, no deje de prestar atención a dos grandes telas de 5,80 x 4,30 metros, suspensas en las paredes laterales, pintadas entre 1785 y 1792.

En la zona del coro existe un órgano de tubos de inicios del siglo XIX, que fue restaurado. La iglesia presenta también vestigios de un antiguo cementerio, descubierto cuando se realizaron obras de recuperación del pavimento en 1996.

Fue a partir de la escalinata de esta iglesia, que en 1891, fueron disparados los tiros que acabarían con la revolución que el primer intento de implantación de la República en Portugal.